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Alumnos de primero de Bachillerato de Salesianos viajaron a Italia y después fueron anfitriones de la estancia de los transalpinos en Cartagena.


Eran las 11 de la mañana y partimos del colegio Salesianosvcon destino a Alicante para coger el avión destino a Roma. Una vez en el aeropuerto de Fiumicino cogimos un autobús que 4 horas después nos llevaría al encuentro con nuestras nuevas familias. Al llegar nos presentamos y nos fuimos con nuestros correspondientes.

Nuestra estancia allí fue tan agotadora como emocionante. Nos acostábamos algo tarde, salíamos siempre, y descansábamos para un nuevo día lleno de actividades y sorpresas.

Las familias nos acogieron muy bien, las comidas variadas y típicas de allí nos atrajeron instintivamente, sobre todo sus famosas pizzas y pastas.

Nuestra relación con ellos se hacía más fuerte con el paso de los días. Todos encajábamos como si estuviéramos hechos para conocernos. Dos grandes grupos que luego se convertirían en una familia.

En efecto, pasamos unos inolvidables días llenos de risas, viajes, compras y algún que otro susto. Conocimos sus costumbres, su colegio, sus lugares comunes, algunos de sus amigos, su preciosa costa, Grottammare… Nos llevaron a Roma, visitamos el Oleificio di Silvestri Rosina, Ascoli Piceno y sus iglesias, estuvimos en la feria de celebración por el día de su virgen, Madonna, y también pasamos una buena mañana en Querkus Park.

Conforme se acercaba el día de vuelta a España, menos ganas teníamos de irnos. Después de un bonito día en la playa y una noche por el centro de San Benedetto, después de bailar, cantar y reír, llegó nuestra hora de partida. Nos fuimos a casa con mil historias que contar y con la esperanza e ilusión de que una semana después volveríamos a vernos.

Ansiosos por su llegada, pasamos una dura semana durante la que tuvimos que trabajar y organizarnos.