Cada uno tiene su pequeña historia. Cada cual la vive de forma distinta. Cada amigo posee unas características. Pero sólo hay un sentimiento que permanece y es no solo inviolable, lo más importante, irrompible, la amistad.

Existen definiciones para gustos, me refiero a la amistad, aunque lo importante de todo es que sea un sentimiento sincero, noble, generoso, que tenga un albergue digno, el corazón, y que a lo largo del tiempo, sea como sea el lazo que realiza el milagro de la permanencia, sea cada día más fuerte.

Para no apartarme de una definición de la amistad haré la siguiente: la amistad es dos corazones con una misma alma. Lo físico, el corazón, se une a unos mismos sentimientos, maneras de actuar, donación continua, renuncia constante, entrega sin condiciones, voluntad de ayuda, acudir sin preguntar y un etc. del que quizás saldríamos después de repasar todas aquellas nobles virtudes del alma que ama. Sobre la relación humana de la amistad se han relatado diversas historias, en las que siempre los protagonistas se unen en un abrazo y expresan de distinta forma ese estar unidos con los sentimientos más nobles. Se han expresado situaciones dolorosas para alguno, que se han visto mitigadas por un “apiñamiento” de los amigos en torno al que sufre la desventura.

A lo largo del transcurrir de los tiempos se han dado amistades tan fuertes que nada ni nadie ha conseguido romper y ello ha sido posible a que ese alma, única, se ha fortalecido en el transcurso de las vidas de corazones distintos con “arropamientos” sencillos pero entrañables. Nada puede ni debe ser causa de separación o distanciamiento, nada debe deshacer ese lazo tan bonito que hace de dos uno o de más dos uno. Es una invitación casi obligada a todo aquel que goza de una amistad, que la agarre a su corazón con “garfios” de acero y que su fortaleza sea tal que nunca desaparezca.

Inserto en este escrito algo que he leído y grabado y como gratis lo recibí gratis lo envío. Puede ser algo así: Hay amigos que se quedaron mientras otros se alejaban y que nos sostienen en los momentos de caídas. Son incondicionales que siempre tienden puentes, que saben lo que sientes sin que se lo digas. Son aquellos que dicen te quiero con el habla del alma, que según hemos dicho es una sola, de ahí la fácil comunicación del habla del amor, en fin amigos de amistad eterna. Iluminan cuando está oscuro y llenan cuando se produce vacío. Son los que aunque se alejen, la amistad eterna los sigue, son uno solo.
Me permito adjuntar una fotografía, de unos amigos, en época sencilla, pura e inolvidable y que con diversas circunstancias a través de los años han estado ¡siempre unidos!.

La fotografía establece un nexo físico de unión, pero la realidad es que este nexo no ha sido lo importante, ya que como hemos dicho la unión andaba, anda y andará en el noble sentimiento de la reciproca estima y que por mucho que se intente separar las partes no se ha conseguido, pues a lo largo del tiempo no es que se hayan hecho fuertes es que son una e irrompible.