No son bailarines, ni coreógrafos. Pablo Pedreño, vecino del Polígono Santa Ana, y Cristina Pedreño son dos jóvenes cartageneros que participan como voluntarios europeos en la organización del Festival Internacional de Danza de Bodrum, en Turquía, que tendrá lugar del 24 al 29 de mayo. Se trata de un evento avalado por la Unesco en el que cada año colaboran voluntarios de toda Europa. El equipo del que forman parte estos cartageneros lo componen 32 voluntarios de 17 nacionalidades diferentes.


Para Pablo, el Servicio de Voluntariado Europeo (SVE), es una excelente oportunidad para hacer algo con valor real y tangible para la sociedad, al tiempo que disfruta de una oportunidad única en educación no formal. Este joven del Polígono de Santa Ana encontró el proyecto en una red social y no lo dudó.

Cristina, cartagenera del paseo de Alfonso XIII, y Pablo llegaron a Bodrm el 16 de abril y permanecerán allí hasta el 1 de junio. Durante este tiempo conocerán a bailarines de todo el mundo y a jóvenes que les mostrarán las peculiaridades de otros países y sus culturas.

 

Programa Erasmus

El pasado 3 de mayo, los 32 jóvenes que se encuentran realizando un Servicio de Voluntariado Europeo (SVE) en Bodrum (Turquía), junto con otros tantos voluntarios de Bodrum Youth, Culture & Art Centre, visitaron el instituto Bodrum Anadolu. El propósito de la visita fue presentar el programa Erasmus+ ante estudiantes de entre 15 y 18 años. Los voluntarios fueron acogidos con gran hospitalidad desde su llegada, recibiendo toda la ayuda y apoyo necesarios en la preparación y durante el desarrollo de las presentaciones.

El inicio de algunas sesiones resultó un poco desconcertante debido a la combinación de nervios, ansiedad y a la misma presencia de alterados, curiosos y ruidosos adolescentes, no obstante, una vez comenzó la charla toda posible duda se disipo para dar paso a un ferviente dialogo ; y es que a pesar de la barrera lingüística, los estudiantes apreciaron la voluntad de los voluntarios por comunicarse en la lengua materna de los primeros apoyándose en la lengua inglesa durante determinadas etapas de la presentación.

Por otra parte, según el testimonio de los voluntarios, estos quedaron impresionados ante el conocimiento previo de los adolescentes sobre Erasmus+. La mayoría de ellos habían oído hablar del programa y algunos incluso ya habían sido beneficiarios del mismo. En general se mostraron bastante interesados en la oportunidad de viajar, estudiar en el extranjero y aprender de nuevas y diferentes culturas. Una de las voluntarias procedente de Estonia, Deivi-Päivi Preitof, se mostró realmente satisfecha ante el interés mostrado por parte de los estudiantes e incluso, tras finalizar la sesión, decidió permanecer en el instituto para aclarar las cuantiosas dudas mostradas por el público. Según su testimonio, dichas dudas se centraron en el Servicio de Voluntariado Europeo y en la experiencia personal que los voluntarios están teniendo en Bodrum.

Cristina Cervantes, tras su exposición ante un grupo de 45 alumnos, indica que al principio fue "un poco impactante ver tanta gente, pero enseguida dejaron a un lado la vergüenza y comenzaron a preguntar, bromear e interactuar con nosotros". Cabe destacar, el elevado conocimiento de muchos de los jóvenes acerca del idioma y la cultura española.

Una tercera voluntaria, en esta ocasión procedente de Eslovaquia, también manifestó su sorpresa ante la proactividad de los presentes. Según comento, aunque al principio se mostraron algo inquietos, rápidamente estuvieron dispuestos a colaborar y aportar todo lo que pudieran, así como compartiendo con el resto sus experiencias. También tenemos el ejemplo de Judit de Hungría, quien, a pesar de significar esta presentación una de sus primeras experiencias hablando en público, se mostró realmente emocionada tras la experiencia así como motivada para el próximo reto.

Tras finalizar la jornada se respiraba un ambiente diferente en nuestro grupo de voluntarios. La energía positiva fluía fervientemente, las sonrisas iluminaban sus caras de agradecimiento por haber tenido la oportunidad de transmitir tantas experiencias, memorias y sentimientos en una sola mañana y, asimismo, por la cálida acogida de la que dispusieron. El trabajo estaba hecho, una nueva generación Erasmus está a la vuelta de la esquina.