
Ayuntamiento y Junta Vecinal ya tiene casi decidido lo que será su actuación en la artería principal de Los Dolores después de que su remodelación, que se llevó a cabo hace dos años por el anterior gobierno municipal del PP, no haya satisfecho a la mayoría de comerciantes y vecinos. Las jardineras serán reducidas, se volverán a colocar las marquesinas en las paradas de bus (las anteriores están destrozadas o perdidas, nos informan), se plantará un nuevo arbolado y está en estudio la reestructuración de las zonas de carga y descarga además de un aparcamiento disuasorio. Sigue pendiente resolver si se implantará o no la ORA y no se tocará la ‘mini-redonda’ de la plaza del Tulipán, en cuyo centro solicitó la Asociación de Vecinos de Los Dolores que se colocase una fuente como homenaje a que fue este pueblo el primero que recibió el agua del Taibilla.
Las obras deberán ser asumidas por la corporación municipal y no por Hidrogea, “pues se ajustó plenamente al proyecto que le presentó la corporación anterior y no se han producido alteraciones que deban subsanar”, indican a este periódico fuentes municipales. Un integrante de la Junta Vecinal de Los Dolores ha indicado que todo está previsto, pero el problema está en el capítulo económico.
Mientras, crece el malestar en los comerciantes de la zona, pues mientras no se reduzcan o se quiten (como también piden) las 35 conflictivas jardineras pierden aparcamientos para los vehículos de sus clientes, entre otras actuaciones que redundan directamente sobre sus negocios, y por lo que, tras mantener una reunión con el presidente, Antonio Martínez, y el vicepresidente, Asensio Madrid, de la Junta Vecinal, han solicitado ya una reunión con José López, alcalde y responsable de las áreas de Urbanismo e Infraestructuras del ayuntamiento de Cartagena.
Los vecinos, por su parte, especialmente los viandantes, no cesan en sus quejas porque no se hayan repuesto las marquesinas de las paradas del bus y el arbolado retirado antes de la llegada de los días de fuerte sol. También alertan sobre el peligro, habiéndose registrado alguna caída y un tacón de zapato roto, que sepamos, entre viandantes que han metido el pie en los huecos de tierra que dejaron los árboles retirados.