Han pasado casi cinco meses desde que el Ayuntamiento ordenó que la oficina de consumo abandonase la sede de la OMITA y se ubicase en el local social (foto adjunta), pero no se trasladó el material. Desde entonces funciona sin capacidad de tramitar documento alguno, lo que ha provocado malestar en los residentes de Cartagena Norte. El edil Francisco Calderón indica que ese servicio lo lleva una empresa externa que no puede estar en sede municipal y que las quejas se pueden tramitar por instancias ante la OMITA. Desde la asociación de Amas de Casa y Consumidores considera que han estropeado un servicio que funcionaba “a la perfección desde el año 2000” y esperan instrucciones. Mientras, el malestar de los vecinos crece por no funcionar como hasta ahora un servicio que atendían a diario a más de diez personas.



Este diario continúa recibiendo quejas de vecinos, algunos de los cuales expresan su sensación de que al perder un servicio completo de la oficina de consumo en Los Dolores “se motiva que nos quejemos menos, pues ahora hacerlo no es nada cómodo”, indicaba una vecina. Así, entre los correos electrónicos recibidos, destacamos el de un vecino que expone “el tiempo que estoy perdiendo para poner una queja contra Vodafone por internet, cuando antes era más sencillo en la Omita” y de otro residente que se queja de que un servicio “que funciona bien lo alteren”. Ante esa situación, hemos querido conocer la versión de las otras partes implicadas.


Francisco Calderón, responsable del área de calidad de vida, sanidad, consumo y medio ambiente (a quien se observa en la imagen en una visita a la sede de la asociación Tháder), expone que el servicio lo estaba ofreciendo en Los Dolores una entidad externa, la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de Cartagena, a través de un convenio, “y no puede estar en sede municipal para evitar confusiones”, remarcando que existía “una extralimitación de competencias, cuando realmente es una entidad de colaboración. Sucede en Los Dolores y también en la oficina de La Manga”. Cuando exponemos que ahora a los vecinos se les informa y se les remite a la oficina de Consumo de la ciudad, dice que la empleada de esta asociación, que no es funcionaria, “puede recoger la queja y después pasarla al Ayuntamiento, que la elevará a la Comunidad Autónoma, que es el destino final de este tipo de denuncias. También se puede presentar directamente a través de una instancia general en la OMITA de la Casa Árabe, la cual después se derivará a la oficina de Consumo central y de ahí a Murcia”. También expresa que hay que valorar “muchísimo la colaboración, pero se llega a donde se puede llegar y no olvidemos que hablamos de una empresa externa”, recalcando que el servicio “sigue existiendo en Los Dolores a través de la OMITA o de la otra fórmula que he comentado”.

El convenio entre Ayuntamiento y la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de Cartagena se firmó en el año 2000 y estuvo funcionando en un despacho del local social hasta que en 2010 se trasladó a la Casa Árabe.

Carmen Aznar García, presidenta de la asociación, asegura a este diario que desconocen “por qué ese cambio de criterio. Suponemos que será por otra experiencia negativa con personal externo, pero realmente no encontramos motivos”, indica. “Nos indicaron que debíamos dejar la Casa Árabe en Los Dolores y nos ofrecieron un local donde no había teléfono, ni internet, ni ordenadores… La solución que nos plantearon eran atender a los vecinos y que luego fueran a nuestra sede central de la calle Mayor de Cartagena a tramitar las quejas. Les dijimos que no veíamos ni  viable ni operativo ese desplazamiento de siete kilómetros y no nos dieron respuesta. En octubre mantuvimos una reunión y nos dieron unas instrucciones que no se correspondían con el convenio firmado, algo que no podíamos asumir porque existiría el riesgo en un futuro que se nos pudiera exigir responsabilidades por no ajustarnos al acuerdo. A fecha de hoy seguimos esperando instrucciones del concejal por escrito que nos indique cómo quieren que tramitemos las quejas de los consumidores que llegan a Los Dolores”, señala. Le preguntamos por el material que está empaquetado desde junio en la anterior sede y responde: “Nos indicaron por escrito que se empaquetase y se dejase preparado para el traslado, pero luego nos dijeron que no iba a salir de la oficina donde estaba y que nos darían instrucciones”.

La presidenta indica que la empleada “informa y trata de atender lo mejor que puede en sus circunstancias, pero muchos vecinos se quejan y nos consta que algunos han presentado quejas por la deficiente prestación de este servicio, cuando resulta que en más de dieciséis años sólo recibíamos elogios, pues el servicio era de calidad y se atendían de entre 12 y 15 personas a diario. Además, desde el Ayuntamiento se nos dice que antes de todo esto no tenían quejas, por lo que seguimos sin entender qué ha pasado. Tampoco vemos confusión de servicios y sabemos que existe partida presupuestaria, por lo que estamos totalmente desconcertados. A nosotros nos da igual estar en el local social o en la Casa árabe, pero sí tener los medios para atender a los consumidores”.  También apunta que la situación de la oficina de La Manga era diferente “porque la llevaba personal del Ayuntamiento” y que para la tramitación de las quejas  “hay hojas específicas para asuntos de consumo y de posterior arbitraje, por lo que no vale una instancia general”.